Desde niña me ha movido la curiosidad, conocer e imaginar cómo se hacían las cosas, de dónde venían, cómo se construían. De joven exploré diferentes campos, la cerámica, el hierro, la pintura sobre seda, y finalmente llegué, casi por casualidad, a la joyería, donde descubrí un campo de aprendizaje sin fin. Dentro de la joyería me declaro más como constructora, me gusta trabajar el metal, moldear la idea a partir de él.Las gemas en su infinita variedad son parte esencial de ese proceso creativo. Me apasiona buscarlas, tocarlas, elegirlas. Cada una tiene su carácter, y me inspiran a crear desde lo que son.